Los posibles riesgos de los alimentos transgénicos
cultivados en España siempre han sido desterrados por las autoridades y
organismos competentes, hasta la saciedad han reivindicado el cultivo y
los beneficios que ofrecen a los agricultores. Recordemos que España es
un gran productor de transgénicos, especialmente de las variedades de
maíz MON 810. Hoy conocemos un nuevo estudio que aporta más pruebas sobre el peligro de los alimentos transgénicos.
Las empresas biotecnológicas, la EFSA,
etc., continuamente aseguran que los alimentos transgénicos no
encierran peligros para el medio ambiente, ni tampoco para la salud
humana, pero poco a poco van apareciendo nuevos estudios e
investigaciones que indican lo contrario. La última investigación
realizada por expertos de las universidades de Caen y Rouen (Francia)
sobre tres variedades de maíz transgénico, MON 863, NK 603 y MON 810, muestra que existen riesgos potenciales para la salud y aportan más pruebas sobre el peligro de los alimentos transgénicos.
Los especialistas revisaron los estudios que suelen aportar compañías como Monsanto a los organismos competentes para que sean revisados y finalmente aprobados, hasta el momento, estos estudios siempre han sido confidenciales, no han salido del ámbito en el que se encerraban. Al parecer, los expertos han tenido acceso a los estudios realizados con roedores de laboratorio y tras examinar los resultados han encontrado evidencias de que existen riesgos para la salud asociados a las funciones renales y hepáticas.
Los especialistas revisaron los estudios que suelen aportar compañías como Monsanto a los organismos competentes para que sean revisados y finalmente aprobados, hasta el momento, estos estudios siempre han sido confidenciales, no han salido del ámbito en el que se encerraban. Al parecer, los expertos han tenido acceso a los estudios realizados con roedores de laboratorio y tras examinar los resultados han encontrado evidencias de que existen riesgos para la salud asociados a las funciones renales y hepáticas.
En el estudio ha participado Gilles Eric Séralini,
profesor de Biología Molecular y experto en organismos modificados
genéticamente del Gobierno francés que actualmente trabaja como asesor
de la Unión Europea en materia de biotecnología. El grupo de expertos
indica que está demostrado que el hígado y los riñones reaccionan ante
una intoxicación química provocada por la ingesta de este tipo de alimentos transgénicos.
También se han constatado efectos negativos similares en las glándulas
suprarrenales, en el bazo y el corazón, se apunta que estos resultados
puedan estar relacionados con los herbicidas y productos químicos
utilizados en estos alimentos, recordemos que son alimentos modificados
genéticamente para soportar la acción del glifosato.
Hay que decir que para lograr obtener los estudios se ha recurrido
vía judicial, algo que no es comprensible, ya que si Monsanto estaba tan
segura de que su maíz transgénico no encerraba peligros, y además
contaba con el apoyo de la EFSA (recordemos que hace unos meses la EFSA ratificaba su salubridad
para poder renovar los permisos de comercialización del maíz
transgénico MON 810), ¿por qué no mostrar tranquilamente los resultados?
Ante las conclusiones del estudio, las organizaciones Amigos de la
Tierra, CECU y COAG han exigido que se aplique el principio de
precaución y se prohíba el cultivo y comercialización del MON 810 tal y
como se ha hecho en otros países, Francia, Hungría, Alemania o Austria.
Estamos hablando de ensayos realizados por las compañías
biotecnológicas que han sido avalados por organismos (EFSA) que en
teoría son enteramente rigurosos y supervisan la calidad de los
productos que analizan. De ser ciertas las conclusiones estaríamos ante
un gran escándalo y un fraude peligroso a nivel internacional contra la
salud de los consumidores, aunque hay que decir que algunos expertos
indican que los datos se interpretan de modo diferente dependiendo de la
fuente de la que provengan.
Según la revisión realizada sobre los estudios de Monsanto,
los tres tipos de maíz transgénico siguen patrones típicos de
disrupciones en el sistema metabólico, es decir, cambios en nuestro
organismo. Ahora será interesante recordar los resultados del estudio
realizado por expertos de la Universidad de Viena, en el concluían que los alimentos transgénicos pueden provocar infertilidad
(recordemos que era uno de los pocos estudios que mostraban
científicamente los problemas que pueden originar este tipo de
alimentos). A todo esto, ¿qué se le debería contestar entonces a Ángel
Gutiérrez Navarro, ex rector de la Universidad de La Laguna y
catedrático del departamento de Microbiología y Biología Celular, cuando
decía que los alimentos transgénicos son cuestionados por mitos y falsedades que lanzaban los grupos ecologistas?
Pero además, los especialistas de las universidades citadas critican
duramente cómo analizó Monsanto sus datos incumpliendo los estándares
estadísticos internacionales y los estándares para ensayos alimentarios,
críticas que entonces deberían ser trasladadas a la EFSA por seguir el
mismo patrón. Cada vez son más los estudios que muestran peligros para
la salud y el medio ambiente en los alimentos transgénicos, estudios que
parecen ser archivados haciendo caso omiso de los resultados, y nos
remitimos al estudio de la Universidad de Viena que antes hemos
mencionado, ¿dónde está la respuesta de la EFSA que rebate dichos
resultados?
Nuestro país es el mayor productor de maíz Mon 810 en Europa, ya sabemos que el MARM respalda su cultivo
y obvia las reivindicaciones de quienes no desean transgénicos, los
estudios que muestran los posibles peligros para la salud o los graves
problemas que están causando a quienes cultivan alimentos ecológicos…
bueno, en este último caso parece que la postura del MARM ha cambiado y
ahora sí reconoce que existen afectados por los alimentos transgénicos en España.
Algunos datos importantes:
- Sólo diez multinacionales controlan casi el 70% del mercado mundial de semillas lo que significa que los y las agricultoras tienen poca capacidad de elección.
- Los cultivos transgénicos no alimentan al mundo. El 99,5% de agricultores y agricultoras no los cultivan.
- La agricultura industrial usa fertilizantes sintéticos y agroquímicos que contaminan nuestros suelos y aguas, recursos necesarios para producir alimentos sanos ahora y en el futuro.
- El excesivo uso de fertilizantes de síntesis en la agricultura industrial contribuye al agravamiento del cambio climático.
Greenpeace no se opone a la biotecnología siempre que se haga en ambientes confinados, controlados, sin interacción con el medio. A pesar del gran potencial que tiene la biología molecular para entender la naturaleza y desarrollar la investigación médica, esto no puede ser utilizado como justificación para convertir el medio ambiente en un gigantesco experimento con intereses comerciales.
Fuente Greenpeace